Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics...

lunes, noviembre 20, 2006

DESDE EMEEQUIS.....


En medio del tráfico, con el ruido y el humo de la ciudad democráticamente distribuidos entre los oídos y mis pulmones, saturado de noticias y opiniones políticas, la súbita irrupción de la voz aguardentosa de Jaime López me obliga a subirle a la radio. “No más héroes por favor, el panteón ya se llenó”, canta el viejo lobo de bar, acompañado musicalmente por José Manuel Aguilera, y al escuchar este mantra no puedo más que cantarlo con fervor desde el interior de mi auto(in)móvil. Debo confesar que después de unos cuantos intentos por salvar al mundo, derribar al sistema capitalista y redimir cabareteras he quedado felizmente vacunado contra todo heroísmo, pero eso lamentablemente no me libra del heroísmo ajeno.
Por eso al cantar siento cómo mi cuerpo se va liberando de esas toxinas heroicas, aunque sea por el breve espacio de una canción y la letra se va modificando de manera misteriosa y catártica: no más López Obrador, el panteón ya se llenó… no más Marcos por favor, el panteón ya se llenó… no más APPOS por favor, el panteón ya se llenó… no más héroes por favor…
Me cuesta trabajo entender por qué en las escuelas se nos inculca seguir el ejemplo de tipos tan raros. ¿No creen que el mundo sería mejor si no hubiera héroes? Incluso para los mismos héroes la vida sería más fácil si no se pusieran en ese plan. Sí, sí, alcanzan la gloria eterna y lo que sea, pero a costa de una madriza final de la que uno podría acordarse por toda la eternidad.
Ser héroe de la patria no es buen negocio. Miren:
Cuauhtémoc: murió asesinado (antes le quemaron los pies).
Jacinto Canek: murió apaleado y quemado.
Jesucristo: fue crucificado.
Miguel Hidalgo: fusilado y decapitado.
Morelos: fusilado por la espalda.
Guerrero: fusilado.
Los Niños Héroes: asesinados.
Zapata: traicionado y asesinado.
Villa: asesinado.
Madero: asesinado.
O sea, si no mueres gacho ni creas que vas a llegar a héroe nacional. Yo por eso prefiero no ser héroe. No es un buen ejemplo y además se me hace mala onda. Imagínense a los padres de Jesucristo diciéndole camino al Gólgota: “¿Qué pasó mi’jo?, te dimos un hogar, te dimos estudios, te fueron a ver los Reyes Magos… ¿y ora qué, quién nos va a mantener de viejitos?” No hay que ser. Duele decirlo, Cristo será muy el hijo consentido de Dios, pero la neta es que, hablando en términos crísticos, con sus padres terrestres, Yísus se pasó de lanza.
Por eso es que desde aquí, perdido en el tráfico de la ciudad, yo me uno a la solicitud de maese López y señor Aguilera, y hago votos, de-votos y sin bótox, por que la historia ya no nos mande más héroes, por favor.