Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics Myspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter GraphicsMyspace Glitter Graphics, MySpace Graphics, Glitter Graphics...

lunes, noviembre 13, 2006

DESDE EMEEQUIS... http://eme-equis.com.mx



Por Emilio Ulloa Pérez*


Ni cuenta nos habíamos dado los mexicanos de que ya surgió una nueva organización delictiva de estilo siciliano, la Cosa Nostra de Baja California, lidereada por el capo ex gobernador de Baja California y ex comisionado para Asuntos de la Frontera Norte del gobierno de Fox, el señor cuya acta de nacimiento, expedida en San Diego, California, dice que se llama Ernest Ruffo Appel, ciudadano estadunidense y, quién sabe por qué, también mexicano.
Pues bien, míster Ruffo –en la clandestinidad y con la complicidad de Pedro Cerisola Weber, secretario de Comunicaciones y Transportes; César Patricio Reyes Roel, un oscuro y ambicioso ex diputado federal panista, coordinador general de Puertos y Marina Mercante; Eugenio Elorduy Walther, gobernador de Baja California, y con la participación del consorcio Hutchison Port Holding, cuyo dueño es el magnate asiático Li Ka Shing, entre otros–, se dio cuenta del problema portuario que enfrenta la importación y exportación de mercancías en los puertos de Los Ángeles, California, sobre todo de la sobresaturación de naves, de sus sistemas de operación y la demanda que tienen, y se percató del potencial que significa ese negocio en los litorales mexicanos, en específico, en la bahía Punta Colonet, en el municipio de Ensenada, Baja California.
Con las “facilidades” que tienen todos los cuates panistas en el actual gobierno “del cambio”, convencieron a Vicente Fox, que habita en Los Pinos, a decretar la construcción de un puerto de cabotaje y altura en la bahía de Punta Colonet, el tercero más grande del mundo, después de los de Hong Kong y Singapur, con una inversión que ronda los 15 mil millones de dólares.
Desde luego, con esa “gran visión” que caracteriza a los grandes funcionarios públicos, The Ruffo Company adquirió 4,500 hectáreas en las zonas aledañas a la bahía para, but of course, tener un mayor control sobre los materiales pétreos que se pretenden suministrar para construir el puerto, además de un aeropuerto de carga y, con ello, movilizar millones de toneladas de mercancías con destino internacional.
Uno de los principales socios de míster Ruffo es la firma oriental Hutchison Port Holding, una empresa involucrada con grandes aportaciones para campañas electorales –donó 1.5 millones de libras esterlinas al Partido Conservador del Reino Unido de la Gran Bretaña; además, entre 1991 y 1994, por medio de la empresa Hushy Oil, donó cien mil dólares a los partidos Liberal y Conservador de Canadá–, y que siempre ha querido controlar el transporte marítimo en el continente americano.
En México operan actualmente cuatro puertos importantes: Veracruz, Manzanillo, Ensenada y Lázaro Cárdenas. Hoy vienen por las costas del océano Pacífico mexicano y para ello cuentan con el tutti apoyo del padrino, líder visible de la Cosa Nostra de Baja California: Ernest Ruffo Appel, extraordinario ex funcionario, promotor, empresario y agente de ventas, con socios enquistados en las más altas esferas del poder público federal y estatal. ¡Ah, qué míster Ruffo! Usted me recuerda lo que dijo Oscar Wilde: “A cynic is a man who knows the price of everything, and the value of nothing” (“un cínico es un hombre que conoce el precio de todo pero el valor de nada”).

* Diputado federal por el PRD
y presidente de la Comisión de Cultura de
la Cámara de Diputados