EE.UU.: triunfo demócrata

El Partido Demócrata logró el control de la Cámara de Representantes en las cruciales elecciones legislativas que se celebraron este martes en Estados Unidos.

Pelosi será la próxima presidenta de la Cámara de Representantes.

Con la mayoría de los votos contados, los demócratas conquistaron escaños en Indiana, Kentucky y Conneticut.

Para tomar el control de la Cámara Baja, el partido de la oposición se apoderó de 23 asientos republicanos.

La legisladora demócrata Nancy Pelosi, que será la primera mujer en presidir la Cámara de Representantes, dijo que el triunfo de su partido se debe al deseo de los estadounidenses de un cambio, especialmente en la guerra en Irak.

"No podemos seguir este rumbo catastrófico en Irak (...) Señor presidente, necesitamos una nueva dirección", exclamó una Pelosi radiante ante cientos de demócratas reunidos en un hotel de Washington.

Además de su triunfo en la Cámara baja, los demócratas obtuvieron al menos tres escaños del Senado en lugares muy disputados: Ohio, Rhode Island y Pensilvania, donde el candidato Bob Casey habría derrotado al actual senador republicano, Rick Santorum, un fuerte aliado del presidente George Bush.

Candidatos demócratas triunfaron también en elecciones a gobernador de los estados de Arkansas, Colorado, Ohio, Massachussetts, Maryland y Nueva York.

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La batalla

En Pensilvania, Bob Casey habría derrotado al incumbente senador republicano.

Los estadounidenses eligieron este martes todos los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 33 del Senado, casi un tercio del total.

Los demócratas necesitaban defender sus actuales puestos y ganar 15 representantes y 6 escaños en el Senado para retomar el control que perdieron en 1994, con la llamada "revolución republicana".

A pesar de ser elecciones más bien locales, este año la campaña estuvo dominada por Irak y la baja popularidad del presidente Bush.

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Pese a su poca popularidad, Bush no se dio por vencido hasta el final y estuvo haciendo campaña, a pesar de que algunos republicanos prefirieron que el mandatario se mantuviera alejado.

Los analistas temen que esta pulseada entre el Congreso y Casa Blanca frene importante decisiones, tanto en la guerra con Irak, como en el ámbito económico del país.

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