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miércoles, noviembre 08, 2006

DESDE PROCESO...

Guerrilla y democracia
josé gil olmos

México, D.F., 7 de noviembre (apro).- La guerrilla en México ha sido una forma tradicional de lucha que desde los tiempos de la Independencia ha sido utilizada. Morelos fue reconocido en ese entonces como uno de los guerrilleros más inteligentes por la forma en que combatía al imperio español. Hoy los grupos guerrilleros vuelven a la escena política, a pesar de que algunos intelectuales sostienen que su existencia no tiene razón de ser porque el país vive tiempos de democracia.

La semana empezó con severas explosiones en tres partes de la ciudad de México, reivindicadas por cinco grupos guerrilleros que, desde hacia unas semanas, ya lo habían anunciado. Pero como ha sido costumbre de este gobierno poco caso les hicieron.

Las repercusiones de estas acciones guerrilleras son más que evidentes. Los partidos políticos han emitido condenas y el gobierno de Vicente Fox ha lanzado la advertencia de que castigará a los culpables. Las organizaciones sociales como la APPO ya se deslindaron y los empresarios han mostrado su preocupación ante el anuncio de que las próximas acciones irán contra ellos.

Pero el más preocupado debería ser Felipe Calderón, pues los bombazos no son solamente la bienvenida que le están dando los grupos guerrilleros, sino un reflejo de la compleja situación que enfrentará como jefe del Ejecutivo y que difícilmente podrá resolver.

Calderón no ha mostrado un perfil con capacidades suficientes para resolver problemas de grandes dimensiones. En su carrera como legislador y funcionario de gobierno jamás enfrentó algo parecido al conflicto de Oaxaca ni tampoco a los grupos guerrilleros.

Si tomamos en cuenta las propuestas que hizo como candidato y su famoso programa de gobierno “20-30”, no se ve con claridad cómo piensa resolver los altos grados de atraso social que existen en diversas partes del país o como enfrentar a grupos políticos duros enquistados en los estados, en las agrupaciones sindicales o en los partidos.

Los bombazos del domingo en la medianoche son más que actos de propaganda. Son llamadas de atención de grupos sociales que han decidido tomar las armas no por voluntad, sino acorralados por una situación política, económica y social.

Es un error pensar en atacar con fuerzas policiacas y militares a estos grupos porque con ello únicamente muestra la cortedad de miras del gobierno para entender que estas expresiones de inconformidad social tienen amplias raíces sociales y comunitarias.

La marginación secular, la falta de oportunidades para el desarrollo, la carencia de servicios de salud, educación y bienestar social, son la razón de ser de estos grupos armados, que han decidido manifestarse a través de la violencia.

A nadie le gusta la violencia, sobre todo cuando cobra vidas, pero tampoco a nadie le gusta tener una vida de marginaciones producto del empecinamiento del grupo gobernante por mantener un modelo económico que no ha generado bienestar social.

Felipe Calderón está ahora más preocupado por tomar posesión el 1 de diciembre. Su angustia es tener la banda presidencial en el pecho y sentarse en la silla del Ejecutivo federal. Pero antes de tomar posesión, tendría que preocuparse en cómo afrontar un país con 50 millones de pobres, con regiones hundidas en la miseria y grupos guerrilleros dispuestos a iniciar una batalla contra el olvido oficial.